Empoderamiento, autocuidado y autoestima para activistas feministas

Formación feminista

¡Feminista! ¿Tú también sientes que el cuerpo y el ánimo no te dan para  más?

Tu propia fórmula: Empoderamiento, autocuidado y autoestima para activistas feministas. Programa de trabajo.

En estos años (muchos ya) trabajando día a día con mujeres de muchos países, me he dado cuenta que por encima de diferencias de clase, culturales, económicas; más allá de nuestras interseccionalidades hay una diferencia, sutil, que nos marca a todas.
Esa diferencia es la que establece, a medio y largo plazo, la consecución o no de las metas y objetivos que cada una de ellas manifiestan en los talleres, conversatorios, jornadas, congresos, conferencias, cursos, o sesiones de acompañamiento individual.
Con la práctica me resulta sumamente sencillo saber si una mujer podrá o no llegar donde manifiesta que desea estar. Y, al menos en mi experiencia, no es el punto de partida lo que justifica o no el éxito. Por supuesto, mejores posiciones de partida facilitan, allanan o hacen más cómodo el camino.
La diferencia está en la acción. Hay mujeres (personas, pero ahora hablo de mujeres) que se ponen en movimiento y van resolviendo problemas y mejorando por el camino. Y hay otras mujeres que necesitan tal cantidad de condiciones previas para echar a andar que será raro que alguna vez se cumplan todas.
Cuando tenga menos trabajo, cuando esté más tranquila, cuando mis niñxs estén más mayores, cuando me jubile, cuando tenga trabajo, cuando tenga vacaciones, cuando tenga más dinero, cuando no tenga tantos gastos, cuando, cuando, cuando.
Y ¿cuándo llega cuando? Nunca. Y la frustración va creciendo como una semilla bien abonada.
La buena noticia es que ponerse en marcha es un hábito y, como todos, se aprende. Comer y rascar todo es empezar. Pues sentirse poderosa, segura y fuerte, también. No se llega de pronto, se consigue pasito a pasito.
Por eso, durante mucho tiempo, me he empeñado en ir recogiendo estrategias, mías y de otras mujeres que nos ayuden a ponernos en movimiento. A buscar lucecitas que alumbren el camino y herramientas que nos acompañen y nos sirvan para eso que dicen que nunca pasa: “escarmentar en cabeza ajena”.
Formación feminista
Porque, no sé a vosotras, pero a mí la práctica del feminismo de puertas para afuera me puede resultar agotadora a veces, pero paras. Unas veces más, otras menos, pero acaba la mani, acaban los cursos, acaban las jornadas y descansas. Se va el troll de tu blog y descansas.
Sin embargo, aplicarlo en mi vida cotidiana, con mis compañer@s de trabajo, con mis amistades, con mi familia, con mi pareja, conmigo misma me resultó en algunos momentos de la vida un trabajo superior al que mis fuerzas me permitían. Y detectaba a mi patriarca interior y a me sentía culpable por, a veces, ceder a él. Malo lo miraras por donde lo miraras.
Y mi autoestima fluctuando como el Dow Jones ese.
A fuerza de subir y bajar aprendía a evitar los mareos. Y después a no marearme. Y en ello estoy. Reduciendo el poder de mi patriarca interior a parcelas cada vez más pequeñas. Y sintiéndome cada ve mejor conmigo misma. Más segura, más decidida, más libre y más serena. Al fin, a veces, incluso en paz conmigo misma y con quien soy.
El autocuidado no es personal, es cultural. El activismo, patriarcal.
Y explico eso de patriarcal:
Cada vez hablaba (hablo) con más compañeras a las que el activismo deja emocionalmente exhaustas. Que aparcan las redes sociales durante un tiempo porque no pueden más. Pero no son las redes sociales. facebook, Twitter, Instagram, los blog, nuestras web solo son el vehículo. Es nuestra patriarca interior entregándonos al activismo desde el sacrificio, la abnegación, el autodescuido. No es el feminismo lo que nos agota, son la forma machista de organizar el tiempo, el autodescuido, las dinámicas patriarcales en las organizaciones y las familias. Son nuestros patriarcas interiores chocando entre entre sí.
No es el feminismo, es el machismo.
Por eso, tras sufrir yo misma una crisis vital y de salud hace dos años me he dedicado casi en exclusiva a enfocar mi conocimiento y mi experiencia a analizar qué nos pasa. A escribir qué sentía yo, a comprobar que no soy solo yo, ni somos unas pocas. A estudiar qué me dicen las mujeres que completan el cuestionario ¿Y a ti qué te desempodera? a analizar y sistematizar resultados de mis talleres y formaciones presenciales y virtuales de los últimos años.
Como resultado este mes pongo en marcha con la Escuela de formación feminista. EVEFem "Tu propia fórmula". Un programa de trabajo, compendio de ejercicios y prácticas para feministas. Cuadernillos de trabajo nacidos en el enfoque de género. Con el feminismo como razón de ser. Hechos para detectar y desterrar al patriarca interior que tantas veces nos acorrala en nuestras propias vidas. Un programa pensado para trabajar desde dentro para estar más sanas (emocional y físicamente), para recuperar nuestra energía, para estabilizar nuestra autoestima, para sentirnos más serenas, más tranquilas, para incorporar hábitos permanentes de cuidado en nuestra vida. Para analizar nuestras rutinas diarias con enfoque de género, desterrar las que nos dañan y sustituirlas por otras que nos sanen y nos fortalezcan. Para empoderarnos y cuidarnos. Para ser más felices con lo que hacemos. Para sentirnos seguras de nosotras y de nuestra forma de estar en nuestras vidas.
Porque el feminismo, (porque ser feministas) no cambiará el mundo si a nosotras nos destruye.
Yo he venido aquí a hablar de mi fórmula
Para quienes no conozcáis la anécdota, hace años, en un programa cultural español, de los que ya no se hacen, un conocido escritor se enfadó con la presentadora al ver pasar el tiempo sin que nadie le preguntara por su última publicación y espetó muy airado antes de irse: «Yo he venido aquí a hablar de mi libro».
Pues bien, yo he venido a aquí a hablar de mi fórmula. Mi fórmula que es, ni más ni menos que Tu propia fórmula. Porque yo diseñé la mía y voy a acompañar a quien lo desee a diseñar la suya.
¿Una fórmula para qué? Para lo que quieras.
  • Para hacer cambios si crees que los necesitas, pero no sabes cómo llevarlos a cabo.
  • Para saber por qué si has conseguido tantas cosas te sientes vacía, o insatisfecha o muy, muy triste.
  • Para no sentirte extraña en tu propia vida.
  • Para tener un apoyo en tu proceso de empoderamiento.
  • Para conocerte mejor y sentirte más fuerte.
  • Para evitar los altibajos de autoestima que nos dejan mareadas de tanto sube y baja emocional.
  • Para aprender a reconocer y gestionar tus emociones de una forma sana.
  • Para reconocer a tu patriarca interior y poder entablar con él un diálogo constructivo.
  • Para conseguir coherencia entre lo que sientes, dices y haces.
  • Para llevar a la práctica personal todo lo que ya sabes sobre feminismo.
Creo que eso no es lo más importante, lo más importante es que está diseñado tras una crisis vital que, cuando me atreví a compartirla, ha servido a muchas mujeres para reflejarse. Y lo que yo a veces tardé meses o años en descubrir sola ayudaba a algunas de ellas en un solo taller. Y me parecía milagroso cómo el simple hecho de contar cómo hice mi recorrido sirviera a otras no para copiarlo sino para diseñar el suyo.
Aunque todas tenemos siempre ese punto de esperanza de que haya una fórmula mágica que nos diga qué hacer, la receta está dentro. Y, a veces hasta con los mismos o muy parecidos ingredientes, cada una cocina su propio futuro. Distinto. Suyo.
Porque, por desgracia, por el simple hecho de ser mujeres, más allá de nuestras experiencias distintas, lenguas distintas, culturas distintas o realidades distintas el sistema siempre espera de nosotras cosas, en el fondo, muy parecidas.
Y no son las cosas que nos pide el cuerpo. Y rebelarte conlleva un precio, pero no rebelarse también. Y pagamos el precio en noches de insomnio, en dolores físicos, en cansancio, en apatía, en pérdida de la ilusión por la vida o, directamente, de las ganas de vivir.
Y cada una lo sobrelleva como puede durante el tiempo que puede. Pero no tenemos que aguantarnos. Ni tenemos que aceptar el precio sin regatear. En realidad, ni siquiera tendríamos que pagarlo.
¿Qué es “Tu propia fórmula”?
Tu propia fórmula es un mapa en el que los caminos, recorridos, paradas, vehículo, destino los decides tú. También decides cuándo quieres viajar y cuándo parar.
Por lo tanto, no es un curso o un taller de los que has podido hacer otras veces. Es un programa de trabajo en el que yo pongo el material, pero donde tu compromiso será el compás con el que transitar por ese mapa. En él plasmo una buena parte de mi experiencia vital y profesional, pero eres tú quien le da valor y hará que sea útil o no.
En Tu propia fórmula, he sistematizado el material de todos los talleres presenciales y virtuales que he hecho en los últimos años sobre empoderamiento personal y colectivo y autodefensa emocional; el material teórico de la EVEFem, el análisis del formulario ¿Y a ti qué te desempodera? Además, está mejorado con la retroalimentación de los miles de mujeres que han pasado por mis actividades, talleres, cursos, conferencias, programas en España y América Latina.
Tu propia fórmula es un programa abierto de trabajo.
¿Qué quiere decir eso? En primer lugar, que no hay un calendario cerrado ni tienes que entregar nada. Tu compromiso es contigo misma. Se proponen plazos aproximados, pero tú decides lo que necesitas.
En Tu propia fórmula, se plantean una serie de ejercicios en diferentes áreas vitales. Dispones de varios cuadernillos de trabajo con los que podrás, primero, localizar en qué espacios de tu vida es más necesario trabajar. Puede que a día de hoy lo sepas, pero también puede que solo tengas un malestar indefinido pero no hayas localizado la causa.
¿Me va a servir Tu propia fórmula?
Todo el material y cada uno de los ejercicios están planificados, y pensados para ser realizados por mujeres feministas.
Por supuesto, si no eres feminista (o crees que no lo eres) los ejercicios te van a servir igual. Pero es desde ahí desde donde se enfoca la realidad: desde la perspectiva de género, desde el análisis de una sociedad desigual que a las mujeres nos genera malestares físicos, psíquicos y emocionales por la forma diferenciada en la que se nos educa y el rol secundario y estereotipado en el que se nos sitúa.
Me encantaría decirte que Tu propia fórmula es la fórmula de la felicidad, el empoderamiento y la autoestima. Y que arreglará tu vida. Puedo decírtelo, claro, pero sería mentira.
Tu propia fórmula será tan útil como tú quieras. Más cuanto más te impliques. Más cuanto más decidida estés.
me comprometo a devolver el 100% del pago de inscripción si, tras concluir el programa y hacer todos los ejercicios y actividades propuestos no te ha servido. Sin preguntas.
¿Cuándo, cómo , dónde?
Tu propia fórmula comenzará en septiembre. Podrás inscribirte hasta el 30 de agosto y realizar el pago del programa hasta el 31. Podrás recibir el material, bien en tu correo electrónico, bien a través del Campus EVEFem (evefem.com). Los chat y tutorías grupales en directo serán, desde nuestra plataforma de webinars. Podrás inscribirte desde cualquier lugar del mundo con acceso a internet y acceder las 24 horas del día todos los días del año. Desde tu inscripción y para siempre.
El material estará dividido en diferentes cuadernillos de trabajo, pensados para 12 meses. Puedes alargarlo o acortarlo tanto como te pida el cuerpo, o la vida. Haremos unos ejercicios previos para enfocar las necesidades y después trabajarás a tu ritmo donde más necesites. El autocuidado, la autoestima, el trabajo, el dinero, el amor… Tendremos también un cuadernillo de ejercicios para potenciar el autoconocimiento, el empoderamiento y la autoestima, un reto cada mes... ¡Nos lo vamos a pasar fenomenal!
También una vez al mes nos reuniremos en directo para compartir experiencias y resolver dudas. Además tenemos un grupo de acompañamiento en Facebook y una biblioteca virtual estupenda.
Quienes habéis descargado gratis el Cuadernillo de empoderamiento, autocuidado y autoestima, hecho los talleres de la EVEFem, o participado en los retos de la Femitribu podréis haceros una idea si multiplicáis por 100 (más o menos) el material y el trabajo que implica.
De la misma manera que me gustaría decir que tengo la fórmula de la felicidad, el empoderamiento y la autoestima me gustaría decir que Tu propia fórmula es gratis. Pero no lo es. Tendrá un precio. Sé que te escocerá leerlo. ¿Qué por qué lo sé? Porque yo misma tengo aún un patriarca interior que me dice al oído; «Si ya te está pidiendo dinero… malo. Tan feminista no será. Además ¿no acaba de decir que no hay que pagar el precio?».
Puñetero patriarca interior. Una cosa es no pagar el precio que el sistema nos impone por ser mujeres y otra distinta condenarnos a la precariedad exigiéndonos unas a otras trabajar a cambio de nada. Por amor al feminismo. ¿Os dais cuenta de la trampa?
El sistema nos pide que trabajemos por amor a otros/as, gratis. Y se sostiene gracias al trabajo no remunerado de cuidados que hacemos las mujeres desde hace milenios. ¿Algún país podría pagar el cuidado que hacemos en su lugar? NO. Durante años, repetí el patrón y trabajaba 18 horas al día sin conseguir dinero para vivir porque creía que mi pasión por ayudar a otras mujeres se pervertía si cobraba lo que valía. ¿Cómo iba a cobrar por algo que hacía con tanto amor? Y cobraba tan poco por unas cosas y tan nada por otras (sé que tan nada está mal dicho, pero me venía al pelo en la frase) que no me alcanzaba para cubrir mis necesidades vitales. Por vergüenza de cobrar lo que sabía que mi trabajo valía.
Es algo tan generalizado, aparece tantas veces en el cuestionario ¿Qué te desempodera? que el autocuidado financiero y el aprender a valorar nuestro trabajo y ponerle precio sin avergonzarnos tiene un apartado independiente en “Tu propia fórmula”
Al respecto he aprendido dos cosas en estos años (bueno, algunas más, pero estas son las que me interesan ahora):
  • Tenemos derecho a cobrar nuestro trabajo y también la obligación con nosotras mismas de hacerlo.
  • He visto una y otra vez a lo largo de mi carrera que confundimos valor y precio y, por desgracia, un 90 % de la gente no se compromete con aquello por lo que no paga (a veces ni pagando ¿o no conoces a nadie que lleva años pagando gimnasio sin ir jamás?).
Así que, si crees que te interesa saber de qué va Tu propia fórmula y qué precio tiene puedes consultar el precio y formas de pago e inscribirte directamente a través de este cuestionario. También puedes escribirme ahora a a informacion@evefem.com y te cuento los detalles.
Sí que hay una sorpresa: dado que esta es la versión de prueba y os pediré vuestra opinión, quienes os comprometáis a darme retroalimentación tendréis la oportunidad de conseguir Tu propia fórmula a mitad de precio.

¿Quieres una prueba más para saber si realmente necesitas “Tu propia fórmula”?

Haz el siguiente ejercicio. Sin trampas ¿eh?
Escribe en un minuto 10 cosas que hacen que tu vida merezca la pena. 10 cosas concretas, nada de “el amor”, “la familia”… No te sabotees.
Si dudas, si no llegas a escribir 10, necesitas Tu propia fórmula. Si las sabes pero no te parece que puedas tenerlas en tu vida, necesitas Tu propia fórmula. Si las sabes, te salen de carrerilla y las tienes, apaga el ordenador y lánzate a disfrutarlas.
La motivación llega después de la acción ¡ponte en movimiento! Tu propia fórmula te espera.
Ahora solo me queda saber qué te parece. Y si te interesa. Cuéntame lo bueno (¡qué bien!) y lo menos bueno (que seguro que me ayudas a mejorar).
¿Te ha quedado alguna duda? Escríbeme a informacion@evefem.com y la resolvemos juntas.

PD. Necesitamos un grupo mínimo para que el proyecto sea viable y sostenible. Por favor, si crees que tienes amigas a quienes le puede interesar ¡comparte este post!

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