¿Cómo se mide la (des)igualdad?


Se ha conocido solo hace algunos días el Informe Mundial de Brecha de Género 2014 (The Global Gender Gap Report 2014) del Fondo Económico Mundial con el listado de países según su índice de Igualdad. Las iras no han tardado en desatarse. Hay países que no nos parecen "merecedores" de los puestos alcanzados. Curiosamente, los primeros siempre están ahí los midamos como los midamos.


Por eso motivo me parece importante que, antes de rasgarnos las vestiduras, sepamos cómo se miden los índices de Igualdad. ¿Qué indicadores se utilizan? ¿Dan un conocimiento real de la situación de las mujeres y hombres en ese país? Cuando se dice que el GGG Report mide la "brecha de género" de qué hablamos?

Aunque hay múltiples definiciones académicas, estadísticas y antropológicas para definir la brecha de género, podríamos generalizar para definirla de un modo sencillo como “la distancia que separa las posiciones y condiciones entre los hombres y las mujeres».

Esta brecha de género, en España, alcanza todos los espacios públicos y privados en los que las mujeres y los hombres no desarrollamos e influyen definitivamente en nuestras realidades cotidianas y en sus perspectivas de mejora futura.

¿Por qué es imprescindible conocer la brecha de género?


Porque la igualdad formal de la ley deviene, si no se tienen en cuenta todas y cada una de las diferencias existentes entre unas y otros, en un impedimento para la igualdad real.

En muy pocas ocasiones las políticas públicas y las actuaciones privadas (contraviniendo todas las recomendaciones e imperativos legales que obligan a ello mediante la Evaluación de Impacto de Género —EIG—)  se “entretienen” en medir esas diferencias antes de emprender un proyecto con el fin de que actuaciones igualitarias no continúen perpetuando la desigualdad.

La brecha de género en todo el mundo se mide por diferentes instituciones, así como por los Institutos Nacionales de Estadística de algunos países. En España el INE publica cada año un informe resumen con esos datos. Puedes leer el informe correspondiente a 2013, aquí: Encuesta sobre equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. Año 2013. En él se concluye, por ejemplo que:

«La brecha digital de género (es decir, la diferencia de puntos entre sexos respecto a los principales indicadores de uso de TIC) volvió a reducirse en los principales indicadores analizados (uso de ordenador, uso de Internet y compras por Internet en los últimos tres meses), manteniendo así la tendencia de los últimos años.»

Sin embargo, como siempre, los datos desnudos o enmudecen o se dejan usar para lo que queramos decir con ello. Lo importante son los porqués, y cómo. Tanto desde el ámbito académico como desde el político es importante entender las causas que provocan estas disparidades y se analizan y explican de diferentes modos para intentar alcanzar el todo que llamamos realidad.

Desde Naciones Unidad el PNUD mide el Índice de Desigualdad de Género (IDG). Puedes ver aquí los datos correspondientes a tu país. Según su propia definición el IDG es
«El Índice de Desigualdad de Género (IDG o GDI, según sus siglas en inglés) refleja la desventaja de las mujeres en tres dimensiones, a saber, salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral, para tantos países como datos de calidad razonable se dispongan. El índice muestra la pérdida de desarrollo humano causada por la desigual existente entre los logros de mujeres y varones en estas dimensiones.» 
La red internacional Social Watch,  coincidiendo con el 8 de marzo presenta de forma periódica su informe sobre el Índice de Equidad de Género (IEG) en el que mide la brecha entre hombres y mujeres en la educación, la participación económica y el empoderamiento político. El Índice es un promedio de las inequidades en esas tres dimensiones. En educación, calcula la brecha en la matrícula a todos los niveles; en participación económica, la diferencia en el ingreso y en el empleo; y en empoderamiento político, mide las diferencias en la presencia de hombres y mujeres en empleos altamente calificados y en cargos parlamentarios y ejecutivos de alto nivel. Además, permite descargar las tablas de indicadores y las guías de medición de la inequidad para su uso en otros contextos.


En el resumen del último informe publicado, el de 2012 y que puede encontrarse en la informe Plataforma 2015 y másleíamos :

«Con 81 puntos, España aparece entre los países de mejor promedio en el Índice de Equidad de Género 2012. A pesar de ello, la única dimensión en la que España alcanza un valor ACEPTABLE es en Educación (99 puntos), mientras que en Participación económica (71) y Empoderamiento (73) España presenta índice BAJO en ambos casos. Las mujeres siguen ganando menos salario que los hombres, un 22% menos en trabajos similares, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística.»

Esta puntuación de España en el índice de empoderamiento político hasta ese momento era engañosa puesto que reflejaba datos de anteriores legislaturas en las que la presencia femenina era mayor en política. En estos 2 últimos años, nuestro país (en otros índices como el citado Global Gender Gap Report ha caído de forma espectacular, pasando de la posición 11 a la 29).




También habrá un retroceso en la autonomía de la mujer con la anunciada reforma de la Ley del Aborto que restringirá por la edad las garantías para que las mujeres disfruten plenamente de sus derechos sexuales y reproductivos.Y lo hay y bien visible en el tratamiento informativo de las noticias de violencia de género, en el desmesurado costo de las políticas de recortes, del austericidio, para las mujeres españolas, a la invisibilización de los datos de pobreza tras una media de la pobreza “en España”, o en cómo afecta la crisis a “los españoles”.
Los datos desagregados por sexo quedan para el Instituto Nacional de Estadística, la obligatoria Evaluación de Impacto de Género de las leyes es papel mojado pues se hace por personas inexpertas o no se hace; el lenguaje inclusivo es para tres “feministas radicales” y la perspectiva de género para talleres sobre igualdad  (solo gratis, nadie paga por eso “con la que está cayendo”).

Después, ante cada asesinada por terrorismo machista nos preguntamos ¿Pero qué está pasando? Pues pasa, señoras y señores, que no hay sociedad más ignorante que la que no quiere aprender.



María S. Martín Barranco
@generoenaccion

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