Mujeres y diversidad funcional. Reflexiones desde México al mundo

Discapacidad y género

Mujeres y diversidad funcional. Reflexiones desde México al mundo

De acuerdo al nuevo paradigma que propone la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad, CDPD, define que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre una persona con limitaciones -añado “significativas” porque ¿quién no las tiene?- y el medio restrictivo en el que se encuentra, sobre todo debido a las barreras actitudinales; aquellos pensamientos cargados de prejuicios y estigmas dirigidos a quienes nos parecen no sólo diferentes, sino disfuncionales, anormales, atípicos, etcétera.
Este nuevo concepto cuestiona al inmaculado modelo médico-clínico, -el mismo que catalogó a la homosexualidad como enfermedad, ése- que de manera histórica ha situado la problemática sólo en la persona y no en el medio tremendamente conservador, que no admite diferencias y que se esfuerza por mantener una pureza en la raza en donde los “limitados” físicos, mentales, intelectuales y/o sensoriales no tienen cabida.
La discapacidad, vista ahora, como constructo social, posee un atributo, y es, por más paradójico que nos resulte, la capacidad de trastornar lo establecido, pues desafía a la norma; abrir los casilleros mentales nunca ha sido fácil, mucho menos cuando se nos confronta con lo naturalizado a conveniencia de un narcisismo exacerbado.
El estigma de inservible, incompleto, disfuncional que rodea a la discapacidad, se apodera del cuerpo “Cuerpos que extrañan” menciona Cristina Vico, en su inigualable trabajo en el que nos invita a reflexionar sobre la deconstrucción de la discapacidad a través de una mirada feminista.
Es en el cuerpo nuevamente donde se deposita el valor ¿inestimable? o no, de la persona, del otro, de la otra, desde donde se le encasilla, limita, señala, enjuicia, condena y se pretende controlar a través de una “normalización” que cumpla cabalmente con fines de producción, basados en la funcionalidad.

La diversidad funcional como construcción social

Colocar a la discapacidad como una construcción social y no como una característica, resulta en sí, un avance que nos permite ampliar horizontes, introduciendo nuevos elementos para su estudio, los cuales deben ser analizados con urgencia.
Género y discapacidad son elementos íntimamente relacionados, pero parcialmente explorados; los Estados de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, OCDE, señalan que las mujeres presentan mayor riesgo que los hombres de adquirir alguna deficiencia o limitación, se estima que hay por lo menos 325 millones de mujeres viviendo bajo condición de discapacidad, la mayoría de ellas expuestas a múltiples formas de discriminación por su edad y situación de pobreza*.

Diversidad funcional y género en México

La violencia es un factor discapacitante que todavía no ha sido analizando a fondo, y de manera concatenada, en México, por ejemplo, carecemos gravemente de un sistema de justicia eficiente que proteja a mujeres que a raíz de la violencia adquieren discapacidad o mujeres que por su condición de discapacidad sean severamente violentadas.
La omisión y dilación de mecanismos efectivos de protección actúa en complicidad con un sistema social permisivo, con doble moral, que ha terminado por institucionalizar la violencia, alimentada por patrones patriarcales que siguen visualizando a la mujer bajo una óptica utilitaria con fines reproductivos meramente, visión que se transforma en mujeres con discapacidad intelectual y psicosocial, principalmente, quienes se ven sujetas a prácticas de esterilización forzada, arrebatándoles la posibilidad de elegir sobre el ejercicio de su propio cuerpo, dejándolas además en estados de vulnerabilidad e indefensión infames que transgreden hasta lo más íntimo de su dignidad.
Re-pensar la discapacidad otorga la oportunidad de acceder a nuevas formas de vida comunitarias, más complejas pero a la vez más incluyentes en donde quepa la capacidad de experimentar la alteralidad, la discapacidad no le pertenece a un sector de la población, es un factor humano, que incluso puede llegar con la vejez.
Apelar al cobijo del movimiento feminista, para que incluya en su agenda de manera visible y enfática, la variante de discapacidad es aludir a la reivindicación de derechos que nos pueda permitir subsanar un poco la deuda histórica que tenemos con estas mujeres y niñas que a pesar de todo habitan entre el silencio y el olvido.
Autora: Emma González

Emma González es una Psicóloga mexicana, con experiencia en el tema de discapacidad desde el año 2000, participa en diversas Organizaciones de la Sociedad Civil, principalmente en aquellas que se refiere a los temas en Derechos Humanos, Violencia de Género, Discapacidad y Políticas Públicas; actualmente se desempeña como directora general de una Organización Civil, que entre otras actividades, brinda albergue a personas con discapacidad intelectual y psicosocial, algunas en estado de abandono. Participó en la elaboración del primer informe alternativo, de discapacidad en México, elaborado por organismos civiles presentado ante el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas.
*Standard Interpretation of the UN Convention on the Rights of Persons with Disabilities (CRPD) from a Female Perspective 
 http://www.kompre.de/brk/attachments/article/74/100_crpd_interpretation_women_and_gender_provisions_nw3-de_2011.pdf

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