¿Evaluación de Impacto de Género? Y eso... ¿Qu'es lo que es?



    Si  como ya nadie puede negar, por más que haya quien lo haga, cualquier  acto humano tiene una inevitable huella de género, el diseño de una  campaña política que decide el modo en que se dirigirá una sociedad  durante  (al menos) cuatro años, no es una cuestión baladí.

    La  Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que tuvo lugar en Pekín  (Beijing) en 1995 invitó a los gobiernos y a los demás agentes a integrar la perspectiva de género en todas las políticas y los programas  para analizar sus consecuencias para las mujeres y los hombres  respectivamente, antes de tomar decisiones. Y a esta misma reflexión a la que les invitamos desde Especialista en Igualdad porque ¿cómo gestionar algo que no hemos sido capaces de medir? ¿Nos  atreveríamos a  proponer o implementar políticas medioambientales sin un  análisis previo? ¿Por qué en temas de género no nos parecen, entonces,  igualmente imprescindibles estos pasos previos?

    Todas y cada una de nuestras medidas tendrán una carga de género que, visible o no, perjudicará a quienes estén en una posición más desfavorecida. Tampoco podríamos negar que, en líneas generales, esa posición la ocuparán casi siempre las mujeres.

    Cualquier política pública, cualquier decisión política, cualquier palabra pronunciada incide de forma distinta en mujeres y hombres. Y si hay una mitad de la población  en franca desventaja, justo es que se intente no sólo no agravarla, sino  remediarla en la medida de lo posible. El mejor modo es siendo  conscientes del porqué, el cómo y el cuándo estamos influyendo y en qué  sentido se prevé que afecten esas políticas, esas decisiones, esas  palabras a nuestro electorado, mujeres y hombres.
Esa evaluación es obligatoria en este país desde 2003 a instancias de la normativa europea, donde también lo es. El objetivo es que no se profundicen situaciones de discriminación ni se empeoren las situaciones de partida de unos u otras. Y si fuera posible, mejorar la situación.

Pues bien, la EIG se hace y el resultado es, sorprendentemente el mismo casi siempre: es neutra. ¿Neutra? ¿Una ley neutra? En el 100% de los casos en España la posición de partida es diferente para mujeres y hombres. Cualquier ley que no lo prevea solo profundizará la brecha, o, en el mejor de los casos la mantendrá.

    "Con la que está cayendo" no es una razón para que decir que no. Es una excusa, otra. Una más de tantas. Permitir que se desprecia a cualquier persona, es el aval para que desprecien a todas las demás. Lo estamos viendo cada segundo, y no hace falta, ni siquiera, señalar.

    Podemos  intentar convencernos de que hay cosas más importantes o hacer algo para  remediarlas. Esa es la primera pregunta que deberíamos hacernos, como  profesionales de la política, como ciudadanía consciente, como personas  que se pretenden justas. 

     Especialista en Igualdad, ofrece  ese servicio de asesoramiento a cualesquiera ayuntamientos,  diputaciones,  partidos, agrupaciones o asociaciones públicas o privadas  lo deseen. Pueden solicitar más información al correo electrónico especialistaenigualdad@gmail.com.

     En el sentido de la justicia, está la  diferencia.

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